Nunca pensamos tener que escribir un post acerca de este asunto. Sobretodo a estas alturas dónde los términos reciclaje, cambio climático, capa de ozono, tasa de CO2 o eficiencia energética, están dentro de cualquier conversación cotidiana. Y con lo amantes de la naturaleza que nos consideramos todos, es impensable tener una lastra tan importante como la BASURALEZA.
Este término que fusiona «basura» y «naturaleza», hace referencia a la presencia de residuos y desechos humanos en entornos naturales. Esta basura proviene de actividades humanas irresponsables que generan un impacto devastador en los ecosistemas y la biodiversidad
Cada uno de nosotros disfruta de la naturaleza a su modo. Algunos disfrutan recolectando setas, otros hacen senderismo, otros cazan, otros hacemos rutas en bicicleta… En todas estas actividades destaca algo fundamental: la relación simbiótica entre los seres humanos y la naturaleza. Debemos disfrutar, pero también asumir la responsabilidad de proteger y preservar los entornos naturales. Es incomprensible la cantidad de basura que podemos encontrar en nuestros senderos, bosques, playas o pueblos.
Pero, ¿qué está fallando si nos sabemos súper bien la teoría?
Vivimos en una sociedad que fomenta el consumo desmedido de lo que sea. Lo que genera una gran cantidad de envases, embalajes y productos de un solo uso, que en su mayoría están hechos de materiales no biodegradables. La falta de civismo y de educación y la escasa concienciación ambiental, hace que muchas personas desechen su basura mientras disfrutan de su gran pasión o no, sin darse cuenta que están amenazando la vida silvestre, están degradando el paisaje, contaminando las aguas de los ríos y arroyos e incluso sin ser conscientes, están amenazando su fuente de ingresos.
Con la mayor parte de las personas con las que hemos podido charlar, coinciden en que la educación ambiental, es la gran asignatura pendiente.


No todo va a ser educación, ¿o sí?
Como amantes de la naturaleza, tenemos muy interiorizado el mensaje de «llévate de vuelta a casa tus desperdicios». Pero esto conlleva un esfuerzo que va más allá de la educación. Se necesita la ayuda de las instituciones para facilitar que todo el mundo sea responsable a su manera.
Dotar en los espacios de papeleras, contenedores o los medios menos impactantes a nivel visual para que en efecto no haya que «llevarse a casa» de manera literal los residuos sería de agradecer. En la España vaciada las inversiones «en nada», son efectivamente eso, nada y desde luego pedir que coloquen papeleras no es una prioridad, entre todas las que apremian. El ejemplo que tenemos en Arguijo es claro: sólo tenemos una papelera ubicada en la plaza del pueblo y el único contenedor de basura a metro y medio de ella. El tema del reciclaje en la España vaciada, también es para dedicarle un post.
Volviendo al tema de los dispositivos para residuos. ¿Es incongruente tener dos sistemas para desechar residuos en el mismo lugar y luego nuestro pueblo y su entorno está repleto de basura? Por supuesto.
No hace falta subir a lo alto del monte para dramatizar con la basuraleza. La tenemos en la puerta de casa. Hemos hablado de la basuraleza que genera el ocio en cualquiera de sus formas y de las personas irresponsables que tiran residuos por que sí. Pero no podemos olvidar los residuos secundarios a «ganarse la vida» con los recursos naturales. Las cuerdas y plásticos que se utilizan para las alpacas de paja o los sacos de abono para nuestros campos, no son biodegradables. Y sin embargo, inundan nuestros paisajes rurales. Ahí también habría que aplicar el sentido común: no se debe morder la mano que te da de comer.


¿Qué podemos hacer a nivel local con la basuraleza?
Educar y concienciar de la importancia de mantener limpios nuestros ecosistemas y su biodiversidad por el bien de todos. Secundariamente, por los efectos económicos adversos que puede reportar un entorno sucio y degradado a zonas que viven del turismo.
Es importante mejorar los sistemas de gestión de residuos para reducir la cantidad de desechos que terminan en nuestros entornos naturales. Promocionemos el reciclaje, la implementación de políticas de reducción de residuos y la inversión en infraestructuras de eliminación de desechos seguras y sostenibles. Y para ello, es necesario que los organismos públicos se involucren, sean cuales sean las dimensiones del lugar.
Está claro que limpiar la basura de otros, no entra o no debería entrar en los planes de nadie. Pero la participación activa de las comunidades locales es esencial para abordar el problema de la basuraleza. Organizar batidas de limpieza del entorno, puede ser una buena opción.
En definitiva, la basuraleza es un problema ambiental URGENTE que requiere la atención y acción de todos los sectores de la sociedad. Si no abordamos este desafío de manera efectiva y activa, las consecuencias serán devastadoras para el medio ambiente y, en última instancia, para nosotros mismos. La educación, la regulación y la innovación, son fundamentales para preservar la belleza natural de nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible.
Nosotros nos lo tomamos muy en serio, ¿nos acompañas?
Próximamente os informaremos de las propuestas que nos gustaría llevar a cabo en Arguijo (Soria) y sus alrededores para acabar con la basuraleza. Si te apetece colaborar o saber un poquito más ¡contacta con nosotros!